¿POR QUÉ FORMO PARTE DE ADIP? (por Moisés Camacho Ortega)
¿POR QUÉ FORMO PARTE DE
ADIP?
En un principio fue
solo una proposición en una charla con una compañera de Máster de Estudios
Hispánicos. Nos parecía lógico que los alumnos que realizan trabajos de
investigación tuvieran un lugar donde publicar el fruto de sus esfuerzos, siempre bajo el control de un tribunal científico.
También lo teníamos pensado para alumnos de grado, pues es totalmente lógico,
que el estudiante se acerque directamente a la publicación de artículos
relacionados con la materia que estudian y se vayan acercando al mundo de la
investigación científica que luego será un requisito indispensable en su futura
carrera profesional, aparte de considerar que por vocación hay muchos alumnos
con inquietudes que deben tener un sitio donde expresarse. Desgraciadamente
hasta hoy no había una revista que diera estas oportunidades en el ámbito local
con un carácter de “cientificidad” considerable. Y esa fue nuestro primer
planteamiento.
Paralelamente,
inquietudes similares surgían en otro Máster impartido en la misma facultad, el
de Patrimonio, donde ya pensaban en crear una asociación que recogiera las
inquietudes de estos estudiantes, algunos gestores de patrimonio, y tenían el
sueño de poder realizar acciones que favorecieran la cultura y su materia concreta
de estudio, el patrimonio.
Personalmente, soy un
amante y defensor del patrimonio y su conservación, y sobre todo de su
difusión. Pienso que tenemos una riqueza cultural que es prácticamente
desconocida o descuidada por la mayoría de la población y las instituciones y,
además de ser nuestra obligación mantener y conocer el legado que nos dejaron
nuestros antepasados, es también una oportunidad única para reflotar desde otro
campo diferente al industrial nuestra riqueza. Nuestra provincia es sin duda una
de las más variopintas y ricas en cultura de todo el continente, nuestros
archivos son un museo, y nuestras calles una obra de arte. Todas las culturas
importantes han dejado huella en nuestra arquitectura y arte, y en nuestra propia forma de vida,
nuestras costumbres. Investigar el origen de manera correcta, difundirlo y,
sobre todo, protegerlo, por parte de los ciudadanos y las instituciones, es un
deber inalienable de los ciudadanos que, por desgracia, a veces no somos
conscientes de la importancia del suelo que pisamos.
Por todo esto, con
mucha ilusión, mantuvimos nuestras primeras charlas y reuniones este grupo de
estudiantes, con muchas ganas de aprender y aportar todo lo que esté en nuestra
mano, plantar cara al pasotismo institucional y concienciar al ciudadano de a
pie, que debe ser el primer turista en su ciudad. Cuando uno sabe que tiene un
tesoro, es mucho más fácil que presuma de él, se sienta orgulloso, lo cuide, lo
mime, luche por él, y sepa enseñárselo al resto del mundo.
Prometiendo trabajo y
dedicación, me presento junto a mis compañeros.