EVOLUCIÓN DEL URBANISMO DE SANLÚCAR DE 1645 A 1750.
Moisés Camacho Ortega. (parte del trabajo de investigación, "La decadencia de Sanlúcar de Barrameda 1645-1750", no publicado)
Se
podría decir que la Sanlúcar amurallada (Barrio Alto) desde el S.XIV era una
ciudad terminada. Los muros corrían
desde donde está el Castillo de Santiago hasta la calle Santa Brígida en la
primera línea y en la segunda desde las calles de santa Brígida y Pozo
Amarguillo y de los conventos de San Agustín y monjas carmelitas descalzas, el
tercer muro dejando a su derecha, la calle que aún hoy se llama la del Muro,
cerraba la plaza de las Carnecerías (hoy Caridad), a concluir sobre la calle
del Chorrillo y desde allí con el frente a la ribera del mar. El cuarto lienzo
pasaba por el lugar que hoy ocupa la Casa Hospital de Mujeres, el Palacio de
los duques y llegando hasta donde comenzaba el primero. Cada muro tenía su
puerta, en el primero la de Sevilla, que una vez fabricado el Castillo de
Santiago se llamó la de la Fuerza, el Segundo, tenía la llamada puerta de la
Ciudad, el tercero la puerta de la Fuente, y el cuarto la puerta del Mar o de
la cuesta (que hoy se llama de Belén), puerta que subsistió hasta mediados del
XVI con la población del Barrio Bajo.[1]
En cuanto a las calles en el Barrio Alto, como ya hemos citado anteriormente
tenían una estructura anárquica teniendo como epicentros, si se pueden llamar
así, la Plaza Alta (que lo será por antonomasia hasta el XVIII), el Castillo o
fuerza vieja y la Iglesia Mayor Parroquial.
El
Barrio Bajo por su parte fue creciendo desde finales del siglo XV cuando
todavía era posesión de Enrique de Guzmán.[2]Ya
en 1478 se da privilegio de construcción a los vecinos en el arrabal de la
Ribera del Mar, fundándose también dos iglesias la de San Francisco y la de
Madre de Dios. En 1536 se dio una ordenanza para que edificasen los solares de
los arrabales de Sanlúcar alargándose las calles. Al mismo tiempo en el barrio
alto se alargaban los arrabales de Pozo Amarguillo y San Blas (entonces llamado
Archite). Junto al mar se alojaban también los marineros en barracas, chozas o
casillas de madera, en lo que hoy llamamos Bajo de Guía y que se extendía hasta
el camino de Bonanza, todo esto en el siglo XVI. En 1639 se da la orden para
que los solares de los barrios Bajo y Alto se pueblen o labren. Ya desde antes
habían instalado sus casas burgueses extranjeros y también elementos de la
nobleza que se dedicaban al comercio[3].
Con
estas características generales llegamos hasta el periodo que estudiamos en
nuestro trabajo. Aquí podemos apreciar numerosos problemas de urbanismo que se
intentan aplacar continuamente por el cabildo municipal. Uno de ellos es el
maltrato a las fuentes y los pozos públicos. La principal fuente de agua y la
única por muchos años de la que se proveía la población era la llamada por
antonomasia la Fuente, que debe sufrir obras de reparación en los años 1639 y
1649. Otra fuente importante fue la de la plaza de la Ribera a donde se llevaba
el agua del Pozo del Amarguillo, durando esta fuente hasta el año 1663, cuando
la ciudad al usar ya su Barrio Alto de mejores aguas la mando desbaratar. La
fuente o alcubilla de la Puerta de Jerez gozó de muchas aguas, pero tuvo que
ser reparado en 1649 y 1661. La fuente de la plaza Alta por su parte, estando
en el sitio principal del pueblo de los siglos anteriores se mandó quitar en
1635, la de la señora de la Caridad consta de 1616 durando hasta 1661, y una de
las principales fue la de Santo Domingo, que erigida en 1620 se convirtió en
una de la principales abastecedoras de la ciudad. Otras fuentes coexistían en
la ciudad en estos años como la del Barrio de San Nicolás, la de San Blás, la
de San Francisco el Viejo, la de la Plaza Mayor del Barrio Bajo, Placeta de
Aduana o Chorrillo.[4]
Las
aguas provenientes del Barrio Alto en los días de altas lluvia producían graves
destrozos en las calles y plazas del Barrio Bajo, siendo este un tema de
interés para el cabildo. Así el 25 de Septiembre de 1696 se acuerda que se
arreglen los desagües arenosos y enlodados.[5]
En 1683 el señor gobernador informó que necesitaba que todas las calles se
limpiasen “puesto que se encontraban tan llenas de lodo que no se podía
transcurrir por ellas”, pero no había recursos, llegando al acuerdo que los
caballeros diputados se implicaran, dividiéndose la limpieza de la calle en
cuarteles siendo el costo repartido entre los vecinos.
En
el Barrio Bajo se comienza a construir una arquitectura civil dieciochesca mostrando al exterior sus escudoscon las puertas ennoblecidas y relieves y
molduras pétreas, ornamentos en los balcones, etc. Se realizan mejoras urbanas
que hermosean la fisonomía del barrio Bajo. Se amplían plazas y se embellecen
las antiguas calzadas ahora más espaciosas con alamedas como la de la Pescadería
y la de la Aduana.[6]
Destacan caseríos como el de La Almona de finales del XVII con añadidos del
XVIII en la plaza de la Divina Pastora o la Casa Palacio del Marqués de Arizón,
también de la misma época que ocupa una manzana entera. Estas casas dejan
constancia que aunque el comercio americano había perdido protagonismo todavía
algunas familias vivían y se enriquecían con él en la ciudad. De este tiempo es
la Casa de la familia de la Piedra, la Casa de la Cilla, la del Pósito, etc.
Pero sin duda, la mayor relevancia
la toma la construcción de una nueva casa Consistorial y un nuevo mercado
público. En 1708 se llega a un acuerdo del que era el alcalde mayor Juan Pérez
de Vivar. En 1715 se analiza la conveniencia de construir panadería y
carnicería en la plaza de la Ribera. Un grupo de regidores echó por tierra el
proyecto defendiendo que el mejor lugar para el nuevo mercado de abastecimiento
era la Calle de los Bretones, proyecto que finalmente sería aprobado. En 1736
fue cuando se compran dos solares en esta calle para reunir las carnicerías
dispersas por la ciudad y para que se vendieran todo tipo de verduras, frutas y
comestibles, contribuyendo el duque de Medina Sidonia cediendo un trozo de su
jardín. Aprobado el proyecto en Madrid por Real Provisión el 5 de Enero de
1743, las obras finalizaron en 1744 y se estrenó bajo el nombre de Plaza de San
Lucas, en honor al patrón de la ciudad. De planta rectangular tenía arcadas
cubiertas donde se situaban los puestos, con una zona cubierta y otra al aire
libre y tres puertas.[7]
Las
obras de la casa consistorial finalizaron en 1731, trasladándose a ella también
el archivo municipal.[8]El
esquema de la fachada de esta casa consistorial es de “gran limpieza y elegancia formal, se encuentra dentro de un estilo
barroco clasicista. Su composición dividida en dos cuerpos, de portada
adintelada y flanqueada con columnas adosadas y ornamentada con molduras
mixtilíneas”[9]
Tanta
importancia tendría esta nueva ubicación de la Casa Consistorial que se
convertiría en vertebradora de la vida sanluqueña a partir de ese momento,
llegando a nuestros días dicha Plaza de la Ribera con el nombre de la Plaza del
Cabildo. Por la falta de recursos compartieron las Casas Consistoriales con el
gremio de Comerciantes que se construyó su sede en la zona trasera.[10]
La
plaza resultante sería desde el siglo XVIII usada para numerosas corridas de
toros y espectáculos que hacían llegar a la ciudad a gran cantidad de foráneos.[11]
Con
la llegada de las primeras ideas ilustradas, Sanlúcar aunque no de una forma
notoria fue cambiando también en ideales. El centralismo monárquico hizo que el
cabildo tomara conciencia de que debía tener agentes para defender sus
intereses en ciudades de poder, que en este caso eran Sevilla y Madrid, y así
lo hizo.[12]
Una
de las principales novedades de esta primera mitad del siglo XVIII será la
división en barrios de manera oficial por parte del cabildo. Así, en 1714 con
motivo de la realización de un padrón del vecindario, se divide a la ciudad en
6 cuarteles; el de la Ciudad, el de San Blas, el de Pozo Amarguillo, el de la
Balsa, el de la Trinidad y el de San Nicolás. La ciudad se va dividiendo en
barrios con características propias. El de la Ciudad tenía las casas
capitulares, la residencia del gobernador y la Iglesia Mayor parroquial, el de
san Blas era el arrabal de la puerta de Sevilla, donde había estado ubicada la
Ermita de San Blas, habitado por agricultores pobres, el de Pozo Amarguillo era
el de la puerta de Rota, estos tres en el Barrio Alto, los otros en el Barrio
Bajo, Barrio de la Balsa, trasiego de hombres de la mar, el de la Trinidad, de
comerciantes y gentes de posibles, y en bajo de guía y en dirección al puerto
de bonanza el Barrio de san Nicolás.[13]
[1] Pedro
Velázquez Gaztelu, Historia Antigua y
Moderna de la Muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Volumen
II. 1ª Ed. 1760. Editorial ASEHA.
Sanlúcar de Barrameda, 1992. Pp 30-31.
[2] Pedro
Velázquez Gaztelu, Historia Antigua y
Moderna de la Muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Volumen
II. 1ª Ed. 1760. Editorial ASEHA.
Sanlúcar de Barrameda, 1992.pp.47.
[3] Pedro
Velázquez Gaztelu, Historia Antigua y
Moderna de la Muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Volumen
II. 1ª Ed. 1760. Editorial ASEHA.
Sanlúcar de Barrameda, 1992. Pp.47-53.
[4] Pedro
Velázquez Gaztelu, Historia Antigua y
Moderna de la Muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Volumen
II. 1ª Ed. 1760. Editorial ASEHA.
Sanlúcar de Barrameda, 1992. Pp.146-152.
[5] Climent
Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE
SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo II. “En la ambivalencia barroca” ED. Asociación
Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda,
2007.pp 135.
[6] Gómez
Díaz, Ana María, Guía histórico-artística
de Sanlúcar.. A.S.E.H.A, Sanlúcar de Barrameda, 1993. Pp 140.
[7] Aula
Gerión [Web en línea]. “Mercado de
Abasto. Plaza de San Lucas” http://www.gerionsanlucar.com/Mercado_Abastos/Mercado_Abastos_Historia.htm
[Consulta 10-06-2014]
[8] Climent
Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE
SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo III. “Cual lapa aferrada al Antiguo Régimen” Asociación
Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda,
2008.pp.15-17
[9] Gómez
Díaz, Ana María, Guía histórico-artística
de Sanlúcar.. A.S.E.H.A, Sanlúcar de Barrameda, 1993.pp.51..
[10] Gómez
Díaz, Ana María, Guía histórico-artística
de Sanlúcar.. A.S.E.H.A, Sanlúcar de Barrameda, 1993. Pp 49.
[11] Climent
Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE
SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo III. “Cual lapa aferrada al Antiguo Régimen” Asociación
Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda,
2008.pp.373.
[12] Climent
Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE
SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo III. “Cual lapa aferrada al Antiguo Régimen” Asociación
Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda,
2008.pp.54
[13] Climent
Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE
SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo III. “Cual lapa aferrada al Antiguo Régimen” Asociación
Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda,
2008.pp.63.