martes, 22 de julio de 2014

EVOLUCIÓN DEL URBANISMO DE SANLÚCAR DE 1645 A 1750.

    Moisés Camacho Ortega. (parte del trabajo de investigación, "La decadencia de Sanlúcar de Barrameda 1645-1750", no publicado)

Se podría decir que la Sanlúcar amurallada (Barrio Alto) desde el S.XIV era una ciudad terminada. Los muros  corrían desde donde está el Castillo de Santiago hasta la calle Santa Brígida en la primera línea y en la segunda desde las calles de santa Brígida y Pozo Amarguillo y de los conventos de San Agustín y monjas carmelitas descalzas, el tercer muro dejando a su derecha, la calle que aún hoy se llama la del Muro, cerraba la plaza de las Carnecerías (hoy Caridad), a concluir sobre la calle del Chorrillo y desde allí con el frente a la ribera del mar. El cuarto lienzo pasaba por el lugar que hoy ocupa la Casa Hospital de Mujeres, el Palacio de los duques y llegando hasta donde comenzaba el primero. Cada muro tenía su puerta, en el primero la de Sevilla, que una vez fabricado el Castillo de Santiago se llamó la de la Fuerza, el Segundo, tenía la llamada puerta de la Ciudad, el tercero la puerta de la Fuente, y el cuarto la puerta del Mar o de la cuesta (que hoy se llama de Belén), puerta que subsistió hasta mediados del XVI con la población del Barrio Bajo.[1] En cuanto a las calles en el Barrio Alto, como ya hemos citado anteriormente tenían una estructura anárquica teniendo como epicentros, si se pueden llamar así, la Plaza Alta (que lo será por antonomasia hasta el XVIII), el Castillo o fuerza vieja y la Iglesia Mayor Parroquial.

El Barrio Bajo por su parte fue creciendo desde finales del siglo XV cuando todavía era posesión de Enrique de Guzmán.[2]Ya en 1478 se da privilegio de construcción a los vecinos en el arrabal de la Ribera del Mar, fundándose también dos iglesias la de San Francisco y la de Madre de Dios. En 1536 se dio una ordenanza para que edificasen los solares de los arrabales de Sanlúcar alargándose las calles. Al mismo tiempo en el barrio alto se alargaban los arrabales de Pozo Amarguillo y San Blas (entonces llamado Archite). Junto al mar se alojaban también los marineros en barracas, chozas o casillas de madera, en lo que hoy llamamos Bajo de Guía y que se extendía hasta el camino de Bonanza, todo esto en el siglo XVI. En 1639 se da la orden para que los solares de los barrios Bajo y Alto se pueblen o labren. Ya desde antes habían instalado sus casas burgueses extranjeros y también elementos de la nobleza que se dedicaban al comercio[3].

Con estas características generales llegamos hasta el periodo que estudiamos en nuestro trabajo. Aquí podemos apreciar numerosos problemas de urbanismo que se intentan aplacar continuamente por el cabildo municipal. Uno de ellos es el maltrato a las fuentes y los pozos públicos. La principal fuente de agua y la única por muchos años de la que se proveía la población era la llamada por antonomasia la Fuente, que debe sufrir obras de reparación en los años 1639 y 1649. Otra fuente importante fue la de la plaza de la Ribera a donde se llevaba el agua del Pozo del Amarguillo, durando esta fuente hasta el año 1663, cuando la ciudad al usar ya su Barrio Alto de mejores aguas la mando desbaratar. La fuente o alcubilla de la Puerta de Jerez gozó de muchas aguas, pero tuvo que ser reparado en 1649 y 1661. La fuente de la plaza Alta por su parte, estando en el sitio principal del pueblo de los siglos anteriores se mandó quitar en 1635, la de la señora de la Caridad consta de 1616 durando hasta 1661, y una de las principales fue la de Santo Domingo, que erigida en 1620 se convirtió en una de la principales abastecedoras de la ciudad. Otras fuentes coexistían en la ciudad en estos años como la del Barrio de San Nicolás, la de San Blás, la de San Francisco el Viejo, la de la Plaza Mayor del Barrio Bajo, Placeta de Aduana o Chorrillo.[4]

Las aguas provenientes del Barrio Alto en los días de altas lluvia producían graves destrozos en las calles y plazas del Barrio Bajo, siendo este un tema de interés para el cabildo. Así el 25 de Septiembre de 1696 se acuerda que se arreglen los desagües arenosos y enlodados.[5] En 1683 el señor gobernador informó que necesitaba que todas las calles se limpiasen “puesto que se encontraban tan llenas de lodo que no se podía transcurrir por ellas”, pero no había recursos, llegando al acuerdo que los caballeros diputados se implicaran, dividiéndose la limpieza de la calle en cuarteles siendo el costo repartido entre los vecinos.

En el Barrio Bajo se comienza a construir una arquitectura civil dieciochesca mostrando al exterior sus escudoscon las puertas ennoblecidas y relieves y molduras pétreas, ornamentos en los balcones, etc. Se realizan mejoras urbanas que hermosean la fisonomía del barrio Bajo. Se amplían plazas y se embellecen las antiguas calzadas ahora más espaciosas con alamedas como la de la Pescadería y la de la Aduana.[6] Destacan caseríos como el de La Almona de finales del XVII con añadidos del XVIII en la plaza de la Divina Pastora o la Casa Palacio del Marqués de Arizón, también de la misma época que ocupa una manzana entera. Estas casas dejan constancia que aunque el comercio americano había perdido protagonismo todavía algunas familias vivían y se enriquecían con él en la ciudad. De este tiempo es la Casa de la familia de la Piedra, la Casa de la Cilla, la del Pósito, etc.

Pero sin duda, la mayor relevancia la toma la construcción de una nueva casa Consistorial y un nuevo mercado público. En 1708 se llega a un acuerdo del que era el alcalde mayor Juan Pérez de Vivar. En 1715 se analiza la conveniencia de construir panadería y carnicería en la plaza de la Ribera. Un grupo de regidores echó por tierra el proyecto defendiendo que el mejor lugar para el nuevo mercado de abastecimiento era la Calle de los Bretones, proyecto que finalmente sería aprobado. En 1736 fue cuando se compran dos solares en esta calle para reunir las carnicerías dispersas por la ciudad y para que se vendieran todo tipo de verduras, frutas y comestibles, contribuyendo el duque de Medina Sidonia cediendo un trozo de su jardín. Aprobado el proyecto en Madrid por Real Provisión el 5 de Enero de 1743, las obras finalizaron en 1744 y se estrenó bajo el nombre de Plaza de San Lucas, en honor al patrón de la ciudad. De planta rectangular tenía arcadas cubiertas donde se situaban los puestos, con una zona cubierta y otra al aire libre y tres puertas.[7]
Las obras de la casa consistorial finalizaron en 1731, trasladándose a ella también el archivo municipal.[8]El esquema de la fachada de esta casa consistorial es de “gran limpieza y elegancia formal, se encuentra dentro de un estilo barroco clasicista. Su composición dividida en dos cuerpos, de portada adintelada y flanqueada con columnas adosadas y ornamentada con molduras mixtilíneas[9]
Tanta importancia tendría esta nueva ubicación de la Casa Consistorial que se convertiría en vertebradora de la vida sanluqueña a partir de ese momento, llegando a nuestros días dicha Plaza de la Ribera con el nombre de la Plaza del Cabildo. Por la falta de recursos compartieron las Casas Consistoriales con el gremio de Comerciantes que se construyó su sede en la zona trasera.[10]
La plaza resultante sería desde el siglo XVIII usada para numerosas corridas de toros y espectáculos que hacían llegar a la ciudad a gran cantidad de foráneos.[11]

Con la llegada de las primeras ideas ilustradas, Sanlúcar aunque no de una forma notoria fue cambiando también en ideales. El centralismo monárquico hizo que el cabildo tomara conciencia de que debía tener agentes para defender sus intereses en ciudades de poder, que en este caso eran Sevilla y Madrid, y así lo hizo.[12]

Una de las principales novedades de esta primera mitad del siglo XVIII será la división en barrios de manera oficial por parte del cabildo. Así, en 1714 con motivo de la realización de un padrón del vecindario, se divide a la ciudad en 6 cuarteles; el de la Ciudad, el de San Blas, el de Pozo Amarguillo, el de la Balsa, el de la Trinidad y el de San Nicolás. La ciudad se va dividiendo en barrios con características propias. El de la Ciudad tenía las casas capitulares, la residencia del gobernador y la Iglesia Mayor parroquial, el de san Blas era el arrabal de la puerta de Sevilla, donde había estado ubicada la Ermita de San Blas, habitado por agricultores pobres, el de Pozo Amarguillo era el de la puerta de Rota, estos tres en el Barrio Alto, los otros en el Barrio Bajo, Barrio de la Balsa, trasiego de hombres de la mar, el de la Trinidad, de comerciantes y gentes de posibles, y en bajo de guía y en dirección al puerto de bonanza el Barrio de san Nicolás.[13]




[1] Pedro Velázquez Gaztelu, Historia Antigua y Moderna de la Muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Volumen II. 1ª Ed. 1760.  Editorial ASEHA. Sanlúcar de Barrameda, 1992. Pp 30-31.
[2] Pedro Velázquez Gaztelu, Historia Antigua y Moderna de la Muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Volumen II. 1ª Ed. 1760.  Editorial ASEHA. Sanlúcar de Barrameda, 1992.pp.47.
[3] Pedro Velázquez Gaztelu, Historia Antigua y Moderna de la Muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Volumen II. 1ª Ed. 1760.  Editorial ASEHA. Sanlúcar de Barrameda, 1992. Pp.47-53.
[4] Pedro Velázquez Gaztelu, Historia Antigua y Moderna de la Muy noble y muy leal ciudad de Sanlúcar de Barrameda. Volumen II. 1ª Ed. 1760.  Editorial ASEHA. Sanlúcar de Barrameda, 1992. Pp.146-152.
[5] Climent Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo II. “En la ambivalencia barroca” ED. Asociación Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda, 2007.pp 135.
[6] Gómez Díaz, Ana María, Guía histórico-artística de Sanlúcar.. A.S.E.H.A, Sanlúcar de Barrameda, 1993. Pp 140.
[7] Aula Gerión [Web en línea]. “Mercado de Abasto. Plaza de San Lucas” http://www.gerionsanlucar.com/Mercado_Abastos/Mercado_Abastos_Historia.htm [Consulta 10-06-2014]
[8] Climent Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo III. “Cual lapa aferrada al Antiguo Régimen” Asociación Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda, 2008.pp.15-17
[9] Gómez Díaz, Ana María, Guía histórico-artística de Sanlúcar.. A.S.E.H.A, Sanlúcar de Barrameda, 1993.pp.51..
[10] Gómez Díaz, Ana María, Guía histórico-artística de Sanlúcar.. A.S.E.H.A, Sanlúcar de Barrameda, 1993. Pp 49.
[11] Climent Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo III. “Cual lapa aferrada al Antiguo Régimen” Asociación Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda, 2008.pp.373.
[12] Climent Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo III. “Cual lapa aferrada al Antiguo Régimen” Asociación Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda, 2008.pp.54
[13] Climent Buzón, Narciso. HISTORIA SOCIAL DE SANLÚCAR DE BARRAMEDA. Tomo III. “Cual lapa aferrada al Antiguo Régimen” Asociación Sanluqueña de encuentros con la historia y el arte, Sanlúcar de Barrameda, 2008.pp.63.

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